Cualquier mamá o papá coincidirá conmigo en que somos impacientes en lo que respecta al desarrollo de los bebés.
Cuando nos enteramos del embarazo, queremos saber continuamente cuánto ha crecido y cómo se ha desarrollado. A veces, incluso comparamos parámetros entre una ecografía y otra como si fuésemos auténticos especialistas.
Cuando llega el ansiado día y cogemos a nuestro pequeño en brazos comenzamos a pensar en «las primeras veces». Es entonces cuando nos asaltan dudas. Es común preguntarse cómo y cuándo comenzarán nuestros bebés a sonreír, levantar su cabecita, decir su primera palabra o gatear.
Vivimos con intensidad y entusiasmo cada logro de nuestro pequeño. Es importante tener paciencia y no desesperar ni forzarles para que realicen una acción para la que aún no están preparados.
Recordemos que cada niño irá alcanzando logros y madurando a su ritmo. El desarrollo de los bebés es diferente en cada uno y eso es totalmente normal.
Aunque sabemos que cada bebé se desarrolla siguiendo su propio ritmo, es cierto que la mayoría de los logros importantes a nivel motor se consiguen a una edad aproximada y siguiendo un mismo orden.
Entonces….¿Cual es ese orden? ¿Cuándo comenzará a gatear mi bebé? ¿Es normal que todavía no hable?….
Estas y otras preguntas son frecuentes en la mayoría de las familias. Teniendo siempre presente la individualidad del proceso de desarrollo de nuestros pequeños podemos tomar como referencia ciertos «hitos evolutivos» que nos ayudarán a descifrar cómo será el desarrollo motor de nuestros hijos e hijas.
Cuando hablamos de desarrollo motor en bebés hacemos referencia a la capacidad de nuestros pequeños de realizar movimientos tales como levantar la cabeza, gatear, andar o correr.
Desde que nacen, el desarrollo de los bebés no dependerá exclusivamente de la biología. Para que exista un completo desarrollo, la parte biológica debe ser unida a la interacción y la estimulación externa. Es decir, no podemos pretender que un niño comience a gatear cuando tenga 9 meses si lo tenemos siempre sentado en su sillita y no dejamos que juegue en el suelo y se relacione con todo lo que le rodea.
A continuación, se detallarán una serie de adquisiciones motrices que no debemos tomar de forma rígida pero sí tener en cuenta.
Debemos ser cautos y no alarmarnos. Según la estimulación y las características de cada niño en concreto es posible que el mismo bebé que comenzó a gatear de forma muy precoz, tarde un poco más en hablar o que algún pequeño no llegue a gatear pero empiece a andar antes que muchos de los niños de su edad.
A partir de los tres años el niño va tomando cada vez más control sobre sus movimientos, perfeccionándolos y adquiriendo complejidad.
Cuando el niño cumple los 6 años su maduración cerebral es prácticamente completa y ya está capacitado para el aprendizaje escolar.
El desarrollo de los bebés es muy complejo. En paralelo al desarrollo motor también encontramos el desarrollo a nivel social y lingüístico que comentaremos en otro momento.
Los bebés crecen y se desarrollan de manera muy intensa durante los primeros años de vida y tienden a estabilizarse entre los 3 y los 6 años.
A veces, las familias nos sentimos presionadas por nuestro entorno, por otras familias e incluso por la sociedad en general.
Todos nos preguntan sobre los logros de nuestros hijos e hijas y comparan el desarrollo de los bebés como si fuese una batalla.
A menudo oímos: ¿Todavía no anda? Pues mi hijo con esa edad ya casi corría (como si eso fuese mejor o peor); ¿Aún no habla? Pues deberías llevarlo al médico porque lo normal es que ya hablara….
Son comentarios que a la mayoría no nos gustan e incluso nos preocupan. No debemos caer en la tentación de comparar y tratar este tema como una competición porque no lo es.
Cada niño es como es y se desarrollará siguiendo su propio ritmo y eso es fantástico. Ellos lo único que necesitan es una familia que les estimule y aproveche cada situación para que su hijo aprenda y se desarrolle. Sin prisas, sin agobios y viviendo cada momento y cada logro con la ilusión y el amor que merece.
El mejor arma para combatir estos comentarios es la información y la certeza de que lo único que beneficia a nuestros pequeños es nuestra confianza y estimulación. Así, unos niños andarán a los 9 meses y otros a los 18. Unos hablarán desde muy pequeños y otros tardarán más.
No debemos alarmarnos porque nuestro hijo no ha realizado una acción que su hermanito o su primo hizo con su misma edad. Más bien estimularle y acompañarle, siempre respetando su ritmo para que siga evolucionando.
En el caso de que muchos de los ítems mencionados anteriormente no se cumplan a la edad esperada quizás sería el momento de consultar con su pediatra. Él es el especialista y nos ayudará e indicará cual puede ser la causa y qué podemos hacer al respecto.
El desarrollo de los bebés es un tema complejo con implicaciones a nivel motor, social y cognitivo.
Cada bebé nace con un «calendario madurativo a nivel motor» pero la estimulación es muy importante para su desarrollo.
La estimulación no debe ser una obligación o una preocupación constante de las familias. Los papás y las mamás debemos aprender a estimular a nuestros hijos e hijas de forma natural. Aprovechar cualquier situación que se nos presente e intentar disfrutarla con nuestros hijos.
Por ejemplo, si estamos en la cocina y el pequeño nos pide cocinar con nosotros, aprovechemos la situación para que practique. Déjale que coja la cuchara y remueva la salsa fría o clasifique los cubiertos. De esta manera, practicará la pinza y pondrá en funcionamiento muchísimas funciones a nivel cognitivo y motor que le ayudarán en su desarrollo a cualquier nivel.
No sólo podemos disfrutar del logro de nuestros pequeños sino también del camino para conseguirlo. Es decir, no debemos ponernos felices y felicitarle sólo cuando consiga dar sus pasos solito. Debemos disfrutar de la primera vez que lo intente, de su primera caída e incluso del primer chichón…. En eso consiste la vida en disfrutar de cada cosa que podamos.
Riámonos y disfrutemos de nuestros bebés todo lo que podamos. «El tiempo pasa volando» y cuando menos lo esperemos habrán crecido. Entonces, comenzarán nuevas etapas que traerán consigo nuevos desafíos para las familias.